sábado, 19 de febrero de 2011

Concepto FACADE



Se entiende fachada como el aspecto externo de una cosa o un ser, pero para motivos de esta muestra “Fachada” (FAÇADE, en francés), constituye una instantánea del acto de transformación o transfiguración, punto preciso y estático en el espacio y el tiempo. La fachada es el estado inicial y el final de esta acción, o la instantánea de la transformación en sí misma, en cualquiera de sus momentos. Esta imagen puede ser observada independientemente del proceso al que pertenece; es la tesis fundamental de la fotografía, la cual nos muestra un momento para el que existe un antes y un después.
El proyecto se inicia en la reflexión sobre la transformación (y el movimiento) como posición antagónica a los estándares que elabora el colectivo social con el afán de construir un sistema de certezas incuestionables e inamovibles. Es precisamente esta inmovilidad de ciertos criterios los que denuncian la puerilidad de estos sistemas. A través del tema travestismo se pone en evidencia una de las manifestaciones de la alteración del status quo más radicales que pueden ocurrir a nivel estructural dentro de la experiencia social humana.
El travestismo representa, en este caso, la transformación "pura", perenne. A diferencia de la heterosexualidad, el travestismo no se detiene en uno de los extremos de lo masculino o femenino. Transformación reversible como continuum  de movimiento perpetuo entre uno y otro estado. Observar a un travesti como hombre o mujer, es observar el estado previo a lo que ocurrirá después. Un travesti no permanece en ropas femeninas, tampoco lo hace en su contraparte masculina.
Sin embargo, la transformación es superficial, en cuanto que se limita a la apariencia física y la mímesis conductual, histriónica. El travesti no accede al cambio cromosómico, gonadal, hormonal, morfológico o neurológico. Tampoco lo desea, el travesti no renuncia a su sexo, lo disimula. Para lograr la corporalidad femenina debe ser consciente de la propia, que es masculina. Esta feminización de la persona masculina, según el punto de vista de algunos psicólogos, consta de un número de fases que van desde fantasear con la transformación hasta consolidarla. Construyen su identidad en base a la observación minuciosa de un modelo femenino referencial el cual analizan y, posteriormente imitan con precisión.
Las fotografías a continuación forman parte de un conjunto de imágenes obtenidas durante la celebración de Halloween, en noviembre último en los salones del Hotel Bolívar. Se utilizó una cámara fotográfica Diana Mini, con lente de plástico de 35 mm. Las imágenes producto de esta cámara compacta permiten un particular trabajo de luz, debido al deliberado defecto de gamma traducida en la saturación del color.

Germán Vegas










Fotos Alexander Luna

domingo, 6 de febrero de 2011

Expositores

            Germán Vegas

            Artista plástico egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, escenógrafo teatral por el Núcleo de Estudios Teatrales (NET) y diseñador gráfico ambiental por el Centro Nacional de las Artes, todas en la Ciudad de México, entre los años 1989 y 2003. Durante este periodo de tiempo diseña escenografía para diversas piezas de teatro y trabaja en instalación plástica en diferentes proyectos de intervención espacial urbana y galerías privadas. Dedicado a la investigación sobre temas visuales ha sido profesor de la facultad de arquitectura de la UPC. Actualmente se desempeña como profesor en el Instituto San Ignacio de Loyola en la carrera de diseño gráfico y en el Centro de la Imagen en las carreras de diseño gráfico y fotografía, además de realizar proyectos artísticos personales.


            Alexander Luna

            Fotógrafo egresado de la “University of Applied Sciences” y en la Kunst - Akademie (Academia de Bellas Artes) en la ciudad de Münster, Alemania donde estudió arte, fotografía y diseño gráfico. Durante su periodo de estudios obtuvo el primer premio en el concurso "Ansichtsache" organizado por la Universidad de Muenster. Además fue finalista en el concurso de fotografía organizado por la compañía Canon y la revista Profifoto. Su trabajo ha sido publicado en los portales web de la revista Geo y Spiegel Online, asi como en la revista Photonews en Alemania. Actualmente se desempeña como profesor en el Instituto San Ignacio de Loyola en la carrera de diseño gráfico y realiza proyectos personales.

martes, 1 de febrero de 2011

FACADE: elogio a la transformación

Es complicado en las artes visuales referirse a conceptos tan abstractos y esquivos como la transformación, o cualquier otro que aluda al paso del tiempo. La imagen sucinta (por no decir estática) de las artes viso-espaciales ha requerido siempre de ciertos significantes portadores de las ideas a comunicarse; el movimiento en el tiempo se ha podido codificar de manera sencilla aunque siempre relacionada al correlato narrativo de la historia o la leyenda referencial. La transformación se puede representar, porque tenemos memoria de ella.  En este caso, la imagen es al texto lo que el encuadre cinematográfico al guión.
La Transfiguración,  de Rafael Sanzio,  reproduce a Jesucristo luego de alcanzar su naturaleza divina sobre una montaña y ante el terror de sus apóstoles. La naturaleza recién adquirida es representada por la refulgencia que muestra su cuerpo suspendido en el aire y la composición simétrica de la pintura. El congelamiento del instante que da sentido a aquello que lo antecedió como a lo que lo sucede.
A pesar de esta dificultad, el tiempo (en la forma del proceso, o el desencadenamiento de ciertos hechos en un orden determinado y que, no necesariamente, tiene fin) ha sido abordado por dos famosos artistas (entre otros no tan conocidos) desde finales de los años sesenta. El process-art de Robert Morris y Richard Serra, a través de la negación de los presupuestos del arte humanista para una pieza física (dureza, estabilidad, peso y perdurabilidad), se vale de la preconcepción, el accidente, la gravedad, la degeneración a causa de los elementos y cualquier otra influencia para animar sus instalaciones y fomentar la transformación de estas en un espacio de tiempo relativamente estrecho. Un difuso punto intermedio entre la imagen y el performance.
Álex y yo nos interesamos en la transformación y el movimiento (aparte de sus connotaciones filosóficas, por ser la característica principal de cualquier proceso revolucionario), por razones estrictamente individuales. Sin embargo, dimos cuenta de este fenómeno que casi siempre se manifiesta hermosa y dramáticamente. Lo paradójico de este interés es que, siendo la transformación ordinaria, nuestra cultura se empeña en bosquejar un universo constituido por certezas inamovibles. En el imaginario de nuestra época son poquísimos los fenómenos que sintetizan la dinámica de la transformación de mejor manera que el travestismo. FACADE indaga en esta expresión singular con curiosidad infantil. La muestra, a inaugurarse en julio de este año en el Ojo Ajeno (galería del Centro de la Imagen), explora la reciprocidad de ambos conceptos (transformación y travestismo) en el marco de una museografía dinámica y escéptica de las clasificaciones convencionales de las artes visuales en Lima.

Germán Vegas


Antes de iniciar este proyecto, y solamente habiendo escuchado el título propuesto para la muestra no hubiera podido imaginarme que el contenido de la misma sería lo que es.La fachada  como punto de partida, el exterior, la imagen, para luego pretender  explicar el contenido y el significado de un proceso sin fin.
Una combinación de materiales, técnicas, imágenes, textos, emociones y pensamientos encerrados en una muestra que pretende, tal vez, con la usual ingenuidad de quien hace arte, captar aquello que aunque es percibido por los sentidos resulta muy difícil de entender y por tanto ser clasificado bajo los estándares de nuestra cosmovisión.
Tratar de descifrar el proceso eterno de transformación, místico y en este caso también muy humano, no es acaso buscar des-mitificarlo; una tarea a la que el arte aspira constantemente. La transformación, un proceso que nunca finaliza y al que difícilmente se le puede encontrar un inicio absoluto es lo que nos ha movido a este intento. De la transformación pasamos al travestismo, la re-definición y re-elaboración del género, la búsqueda de su trans-formación, su desarrollo y posible evolución. Una idea para algunos inquietante y para otros necesidad acaso vital.
El transformista, es ante nuestros ojos un nuevo revolucionario, es también la encarnación de un conflicto ancestral y a su vez un ser humano jugando a ser creador. El y ella han conquistado los medios, nuestro morbo, nuestra curiosidad y han logrado, a pesar de eso, y bajo ciertos parámetros irónicos ser parcialmente aceptado en algunos grupos sociales…
Aceptar la transformación, que la modificación, el desarrollo, la evolución de todo es imparable e independiente de nuestra voluntad o deseo es un ejercicio relativamente difícil que implica mucho desapego a lo establecido. De ahí que la muerte sea para muchos de nosotros algo tan difícil de aceptar, no sabemos a dónde nos llevará, si al final o al inicio.
Preguntas originadas a partir de este aspecto ineludible de nuestra existencia. Después de todo, la transformación es inevitable, esta queda en el aire sin una respuesta absoluta pero en un constante proceso de acercarnos más a la solución del acertijo.

Alexander Luna